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AMOR, SANGRE Y MUERTE... El CARIBE, MADRID Y PARÍS

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AMOR, SANGRE Y MUERTE... El CARIBE, MADRID Y PARÍS

García Márquez, amor, Nena Daconte, cuentos peregrinos

Gabriel García Márquez fue un escritor genial. ¡Qué duda cabe!
Y aún más genial cuando de contar historias de amor se trataba. ¿Quién de nosotros no ha suspirado o se ha desgarrado de impaciencia con El amor en los tiempos del cólera?


Después de 53 años, siete meses y 11 días con sus noches, mi corazón finalmente estaba pleno. Y descubrí, para mi alegría, que es la vida y no la muerte la que no tiene límites.

¡Qué brillantes palabras! No solo por la calidad estilística, sino por la fuerte carga reflexiva que trastoca nuestra habitual forma de pensar. ¡Es la vida a la que hay que sacarle el máximo provecho!

Ustedes preguntarán:"¿y el tiempo?". Sí, es verdad que el tiempo vuela y, como diría Kevin Arnold al final de la estupenda serie The wonder years (Los años maravillosos), "Crecer sucede en un latido. Un día estás en pañales y, al día siguiente, te vas." No obstante, yo respondo con una canción de Illan Chester, que bien puede ser el resumen de la obra en cuestión:


Cuando se tiene un querer como el tuyo,
las horas no cuentan, el tiempo es amigo
mi vida contigo, no concibo algo mejor.
Cuando se tiene un querer como el tuyo
las sombras se alejan y queda el rocío,
en ti yo confío el quehacer del corazón.


Por otro lado, hay un cuento menos conocido pero no menos importante. No puedo dejar de afirmar que me encanta. "El rastro de tu sangre en la nieve", dentro de Doce cuentos peregrinos, nos sumerge en la vertiginosa historia de amor entre Nena Daconte (de aquí el sobrenombre de la cantante española), una niña de bien, y su esposo Billy Sánchez de Ávila, un ex bandolero. 

En su viaje de bodas, ellos pasan del Caribe a Madrid, para finalmente instalarse en París. Durante el trayecto los acompaña un rastro de sangre que manaba de un dedo de Nena Daconte. No parecía nada grave, así que decidieron esperar hasta llegar a la ciudad luz para curar la herida.

En el hospital, a Billy no le permiten el ingreso. Optó por dar una vuelta y echar un vistazo a la ciudad. Se perdió. Mientras encontraba la ruta para volver al hospital, la herida de su esposa se había complicado y ella muere mientras él camina por las calles de París. No cuento más no por evitar aguarles la lectura, sino porque mi forma de narrar o parafrasear la historia sería un deshonor para García Márquez y su tan sencillo y tan genial cuento que, por cierto, está basado en hechos reales.

Para mis lectores, que sé que son gurmés, les dejo este párrafo que reluce por su sencillez y, a la vez, por una gran verdad. Si alguno de ustedes está enamorado, solo cambie el "Nena Daconte" por el nombre de su ser querido:

no podía entender cómo pudo vivir alguna vez sin el amparo de Nena Daconte.

Genial, ¿verdad?   Aquí les dejo el cuento, breve e intenso. Ya no hay excusa para no leer: El rastro de tu sangre sobre la nieve

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