Artículo
publicado en el diario Correo, domingo 23 de marzo de 2008.
Los sufijos más frecuentes para la formación de gentilicios en Piura son: -ano, -ino, -eño y -ense. Su aplicación sobre los gentilicios se establece sobre reglas más o menos fijas.Verbigracia: si el nombre del lugar (topónimo) termina en vocal, debe extraerse dicha vocal y adjuntar el sufijo correspondiente: de Canchaque, canchaqu-ino; de Sullana, sullan-ense; de Paita, pait-eño... Si el topónimo termina en consonante, no debe ser modificado: de Bernal, bernal-eño; de Pedregal, pedregal-eño.
Así, el gentilicio de Catacaos podría ser catacaosense, catacaoseño, catacaosino, etc. Sin embargo, el más empleado es cataquense. En este caso observamos que se ha practicado una
operación derivativa curiosa: -os no es un sufijo, sino un simple segmento
constitutivo del nombre. Así, para formar el gentilicio se ha considerado solo
una parte del nombre: Cataca, dando origen al gentilicio cataqu-ense. Algo semejante ocurre con el gentilicio de Abancay: abanquino, y no abancayino.
También tenemos el gentilicio irregular catacado, presente en la expresión fraseológica recogida por el padre Esteban Puig: Catacado, ni comprado ni regalado.
También tenemos el gentilicio irregular catacado, presente en la expresión fraseológica recogida por el padre Esteban Puig: Catacado, ni comprado ni regalado.
Miguel Godos
Curay utiliza una forma inalterada de gentilicio y nos sorprende con un catacao. El subrayado es nuestro:
Por lo visto, tenemos distintas opciones -regulares o no-, siendo cataquense el gentilicio que la costumbre ha impuesto. En cualquier caso, seguiremos difrutando de la espumante chicha y el picante cebiche cataquenses, catacados o catacaos, ¡al gusto del cliente!(...) conocimos a monseñor Villalobos, que siendo trujillano se hizo catacaos. Hablaba como catacaos, creía como catacaos y comía como catacao.
0 comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por tu comentario
y vuelve pronto!